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Trastornos de adaptación – LC Psicólogos

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Dificultades de adaptación

Infancia y adolescencia no son, precisamente, épocas de la vida exentas de problemas.

Los trastornos de adaptación se dan cuando ciertos cambios en la vida de una persona producen estrés y el individuo no sabe adaptarse satisfactoriamente a ellos.

Las situaciones que provocan este tipo de trastornos en los niños son muy variadas, siendo algunas de las más comunes:

  • El nacimiento de un hermano
  • Fenómenos de inmigración, emigración e intercambio cultural
  • El inicio de la escuela o instituto
  • La ruptura de una relación con amigos
  • El bullying o acoso escolar
  • Enfermedades importantes de uno de los padres
  • Enfermedades del niño que requieren hospitalizaciones frecuentes
  • Un divorcio
  • La pérdida de un ser querido
  • Catástrofes

Los trastornos de adaptación suelen aparecer justo después del acontecimiento estresante, o al poco tiempo, y pueden incluir:

  • Sensación de malestar
  • Síntomas depresivos: tristeza, llanto, ideas de inutilidad, apatía, desmotivación, insomnio…
  • Síntomas de ansiedad: excesiva preocupación, tensión, miedos, intranquilidad, síntomas físicos…
  • Alteraciones de la conducta: ira, agresividad, comportamiento antisocial (sobre todo en adolescentes)
  • Conductas propias de cuando era más pequeño (fenómenos regresivos) como orinarse encima (cuando ya estaba controlado), lenguaje infantil, chuparse el dedo (sobre todo en niños en edad escolar)

Los síntomas, generalmente, suelen durar menos de 6 meses.

Existen distintos tipos de trastornos de adaptación con síntomas predominantes que difieren entre ellos. Los síntomas también variarán en función de la personalidad, las experiencias previas y las características biológicas de cada joven.

  • Trastorno de adaptación con ansiedad: Preocupación e inquietud, temor a separarse de la gente importante, nerviosismo.
  • Trastorno de adaptación con depresión: Tendencia a llorar, visión negativa y pesimista.
  • Trastorno de adaptación con alteración de conducta: No cumplir con sus responsabilidades, pelearse continuamente, destruir cualquier cosa aunque sea de otra persona.

Estos tres tipos no son excluyentes; más bien al contrario, es habitual que se combinen. Tratarlos lo antes posible con la ayuda de un buen psicólogo es la clave.

Tendemos a cometer un error al idealizar la niñez como una época sin problemas. La edad por sí sola no ofrece protección contra los daños emocionales ni los traumas a los que pueden verse enfrentados los niños. Si a las situaciones potencialmente generadoras de estrés sumamos la incertidumbre propia del crecimiento, la infancia puede ser cualquier cosa menos una época sin problemas.

La aptitud para desarrollarse, pese a estos desafíos, surge de la capacidad de resiliencia. La resiliencia es una habilidad que puede aprenderse y entrenarse.

Desarrollar resiliencia, la capacidad para afrontar con éxito la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso fuentes importantes de estrés, ayuda a manejar el estrés y los sentimientos de ansiedad e incertidumbre.

Sin embargo, que los niños sean resilientes no garantiza que no experimentarán dificultades o angustia. El dolor emocional y la tristeza son inevitables ante un trauma de importancia o una pérdida personal.

La resiliencia implica conductas, pensamientos y acciones que pueden aprenderse con el paso del tiempo. La terapia psicológica es un espacio ideal para el aprendizaje y desarrollo de la resiliencia. En LC Psicólogos desarrollamos las terapias psicológicas adecuadas para ayudar al niño a superar su trastorno de adaptación.