Ninguna persona se convierte en cuidadora de un día para otro.
A ninguna persona le resulta fácil enfrentarse al hecho de que un familiar dependa de ella para continuar adaptándose a su vida cotidiana. Incluso las que mejor afrontan la situación del cuidado de una persona dependiente tienen que hacerse a la idea de que esta necesita de su cuidado y supervisión casi constante, debiendo dedicarle gran cantidad de tiempo y esfuerzo.
La mayoría de las personas que cuidan a sus familiares están de acuerdo en que se trata de un deber moral ineludible y existe una responsabilidad social y familiar que debe ser asumida. Sin embargo, las personas cuidadoras señalan también otros motivos para prestar cuidados:
El cuidado de un familiar dependiente suele ser una experiencia prolongada que exige reorganizar la vida familiar, laboral y social en función de las tareas que implica. Estas influyen de modo desigual dependiendo de las características, problemas o enfermedades que padece la persona cuidada, de lo avanzada que esté su enfermedad, de su lucidez mental, etc.
Las personas que atienden directamente a familiares dependientes, tienen que responder a determinadas demandas, esfuerzos y tensiones derivadas del cuidado que repercuten tanto en ellos como en su entorno, produciéndose cambios en diferentes ámbitos de su vida cotidiana.
En la mayoría de los casos, una persona no se convierte en cuidadora de un día para otro. Convertirse en cuidador de un familiar dependiente es un proceso de adaptación en el que las personas cuidadoras experimentan una serie de fases:
Las personas cuidadoras deben primero aprender a cuidarse y es exclusivamente en esta última fase cuando lo logran.
Teniendo en cuenta las terribles consecuencias que pueden derivarse de la atención de una persona dependiente, es muy importante aprender a detectar las primeras señales de alarma para poder intervenir con la suficiente antelación sin esperar a que se cronifiquen convirtiéndose en irreversibles.
Conviene que tanto los cuidadores como las personas cercanas, presten atención a signos de:
Una situación prolongada de cuidado amenaza la salud física y mental de quien asume la responsabilidad de cuidar. Para que esto no afecte negativamente a la persona cuidadora ni a la persona que cuida, es importante:
Si eres cuidador de una persona dependiente y te sientes identificado con lo que has leído, llámanos y te acompañaremos en el proceso. Somos psicólogos con amplia trayectoria profesional.